Nuestra historia comienza en 1955, cuando nuestro padre, Manuel, se adentró en el mundo de la relojería, recorriendo España y parte de Europa como comercial de relojes con las mejores marcas del momento. Su pasión y dedicación sentaron las bases de lo que hoy somos.

En 1977, nuestra madre, Mari Ángeles, dio un paso más y abrió con gran ilusión y esfuerzo nuestra primera joyería-relojería. Con el tiempo, este proyecto se convirtió en una empresa familiar que seguimos con orgullo.

Desde 1988, la segunda generación —Laura y Angela— hemos tomado el relevo, aportando frescura, innovación y una visión renovada, pero siempre fieles a nuestros valores de origen, con el compromiso de continuar el legado de nuestros padres y mantener la cercanía con nuestros clientes ofreciendo siempre productos de la mejor calidad.

Para lograrlo, hoy seguimos recorriendo las principales ferias de joyería nacionales para seleccionar piezas únicas y poder ofrecer los mejores productos al mejor precio. Nos encanta escuchar, asesorar y ayudar a encontrar esa joya o reloj perfecto para cada ocasión.

Somos más que una joyería: somos tradición, estilo y un trato cercano que nos distingue.